“¡Estás destinado a ser devorado por un tigre!”
A los siete años, Juho escuchó aquellas palabras de una anciana mientras caminaba con sus padres.
Desde entonces había llevado una vida tranquila, sin incidentes… hasta que, a los veinte años, el brazalete que siempre llevaba en la muñeca se rompió.
—Ese brazalete era una maldición. Impedía que nadie se te acercara.
—No, era una protección. Evitaba que los espíritus impuros se te aferraran.
A partir de ese momento, dos hombres misteriosos comienzan a acercarse a Juho.
¿A quién de los dos debería creerle?
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